Once upon a time estaba yo tranquilamente en mi PC cuando la pantalla se puso azul y apareció una carita triste. Ahora Windows te hace el chiste de que cuando se te jode, te pone una carita triste : (
Al principio no me preocupé demasiado, lo llevé en alzas al departamento de information technology o IT para los entendidos. Entré como quien abre las puertas batientes de ER: – ¡Ayuda por favor, PC sin signos vitales!
Rápidamente le entubaron, le pusieron respiración asistida e hicieron todas las cosas necesarias para salvarle.
Lo poco que querían saber lo respondí como cuando voy al dentista: – ¿Usas hilo dental? – y yo, mintiendo como bellaca: – Si claro, a diario -.
Me pidieron que me fuera y los dejara trabajar, que ellos harían todo lo posible, que seguro que no había problema y que, aunque el PC muriera, recuperaríamos lo que tenía dentro, o sea lo contrario de muerte cerebral, botamos el cuerpo a la basura y nos quedamos con el relleno.
Pasaron un par de días sin noticias relevantes, cada vez que llamaba solo escuchaba: – Estamos en ello… – ¿Estamos en ello? Hum… segunda pista de la gravedad del asunto.
Finalmente, una semana después recibí la fatídica noticia:
(Su mano en mi hombro)
Y entonces, sin ninguna piedad para conmigo pronunciaron las palabras claves que te hacen sentir como si tú hubieras cavado tu propia tumba:
Me explicaron, con más condescendencia después de saber que no había back up, que se había jodido el disco duro, o sea todo. Es como ir al doctor y que te digan: Se te jodió el cerebro, ese donde almacenas todo y que no tiene repuesto… (Porque riñones son dos, dos ojos, dos piernas, hasta el pulmón tiene repuesto, pero el cerebro, adiós).
-Fotos y documentos-, me dijo el técnico con voz inhumana, – Perdiste SOLO las fotos y los documentos.
Bueno, será que yo soy muy básica porque es que SOLO tengo fotos y documentos. ¿Qué pretendía este que tuviera yo ahí? ¿los respaldos de WikiLeaks?
Cuando te pasa esto aprendes a admirar (aún más) a la gente que tiene todo en la Nube esa que no sé dónde está realmente, deduzco que en el cielo porque si no, ¿porque se llama nube? Yo soy muy de antes para ciertas cosas y guardo todo en My Documents a la vieja usanza. Un error, I know it now, pero es que ahora todo es muy difícil.
El popular PC va quedándose obsoleto y lo que importa es el teléfono, – que ojo, también me da un síncope si se me jode-, pero no sé, a mí todavía me importa mi disco duro.
Me ha pasado que llego con gran esfuerzo y dedicación a entender y tratar de aplicar algo de esto, sintiéndome casi victoriosa y me dicen: -Ah no, esto ya no se usa… Cuando logras saber que cabe y que no en un Giga, ya tienes el Tera.
El otro día le dije a mis chicos: – Venga, enséñenme a jugar el MineCraft – y me miraron de reojo- -Si quieres jugamos FortNite mamá, o mejor, siéntate y nos miras que nos vas a retrasar y estamos ahora en la batalla de 50 contra 50…- Qué vaina, al parecer el MineCraft es del Pleistoceno Superior y yo recién aterrizando. Y para el que no sepa el sacrificio que eso significa, puede leer: El enemigo se llama la play
Hace años yo tenía una cámara digital (para no irme muy para atrás y hablar de negativos y copias en papel), tomaba las fotos, las veía con ojo clínico la pantalla de la cámara, desechaba lo desechable y después las descargaba, ¡oh, la tecnología! en el pasado de moda PC. Cada vez que hacía esto, abría una carpeta con fecha, lugar y evento.
Ahora todos los miembros de la familia toman miles de fotos del mismo evento que nunca jamás se unirán, se conservarán en medio del caos fotográfico de los teléfonos, entre chistes, memes y gifs, recibidos por WhatsApp, colgados en Instagram navegando por Facebook, todo así, mezclado hasta la eternidad junto con tus primorosas fotos.
¿Cuantas veces revisando el teléfono te encuentras fotos de gente que ni conoces? Dígame de bebés que son imposibles de reconocer. Tú te le quedas mirando a ver si te da una pista de quien coño es ese niño, da cierta cosa borrarlo, pero oye, es que en realidad no tienes idea quien tuvo en su vientre a ese ser, así que a la papelera.
Así que a toda velocidad y con un cuadrito que no llega a medio centímetro, decides que va a la basura. Tienes 150 fotos de lo mismo, borras a mansalva y ahí va la buena seguro, ya te lo digo yo.
A veces recuerdo cuando yo vivía en casa de mis padres y de vez en cuando me sentaba a ojear álbumes de fotos viejas, de esas que van perdiendo el color y que las rayitas de pegamento que venían en los álbumes las marcaban por siempre. Eran esas fotos de las que no había más de veinte por cada evento. Podías pasar las hojas de un álbum y ver cinco años de vida los protagonistas.
Hoy en día, para repasar un mes de vida de alguien te hace falta otro mes de vida tuya.
Mi disco duro hizo la limpieza que yo no he hecho en años, borró todo y adiós luz que te apagaste. Ahora tengo en mi Instagram las fotos que han sobrevivido. Ahora ya puedo volver a mi álbum en poco tiempo como cuando era pequeña en casa de mis padres.
No solo perdí fotos, si no que en esos fulanos “documentos” estaban, por ejemplo, las contraseñas que me abren las puertas de este mundo de la WWW. Y eso es mucho, como bien sabemos todos. Yo como soy un un genio, tenía un Excel donde apunté allí juntitas, todas las claves. Se fue el Excel... #AdiósClaves
Me dice: -Pregunta de seguridad, ¿dónde naciste? – Y yo, muy segura de mí misma: – En Caracas. -Respuesta Incorrecta – Otro cuadrito: – Usuario bloqueado – Guatttt!!! Nací en Caracas, en la Clínica Luis Razetti, máquina de mierda, ¡te lo puedo asegurar!… Pues nada, #PeleaPerdida. Ya me apersonaré a meter mis verduras en el carrito, como se ha hecho toda la vida.
Si llega a haber un papel de carne y hueso (o más bien de celulosa y fibra vegetal), lo digitalizas para no perderlo. ¡Pero por favor, qué demencia es esta! ¡Qué decimos de perder nada! ¿tú te crees que mi padre perdió alguna vez un documento en su acordeón de cartulina marrón con liga? Nada, ahí estaba TODO.
Desde las boletas de notas del colegio entre el preescolar y la universidad, hasta el cartoncito con la huella de tinta de los recién nacidos. Todo a resguardo en su debido compartimento del infinito acordeón. Con el único peligro latente de desaparecer en un incendio, que pasa menos que joderse disco duro, se sabe.
He perdido también el contrato del alquiler, que como lo tenía digitalizado no tengo idea donde puede estar, y se perdió total porque tampoco llegó a la fulana nube esa, sino que estaba en el fallecido disco duro. Dios quiera que nadie nos demande y no haya que tirar del contrato para defendernos de un contencioso.
También se fueron al vacío las cuentas de mi casa, las de mis padres, las de la jubilación de mi abuela, todo el Excel con celdas coloreaditas, todo eso adiós.
Eso ahora se hace en una App, así si se te jode el teléfono te compras otro, pones tu mail, clave y ya tienes todo… solo se joden los que usamos la antigualla del Excel con subrayado.
Dicen que si no me acuerdo no lo necesitaba, pero eso no es así, yo sé que me van a hacer falta cosas, lo sé, pero ahora no me acuerdo. Me amargo a futuro, digamos.
Trato de pensar en mi amigo Manuel que me contó que una vez encontró en el trastero unas cajas de su mudanza sin abrir, se había mudado hacía diez años así que decidió no abrirlas y las llevó a la basura. Según él, si en tanto tiempo no se había acordado que existían era porque no hacían falta. Seguro tiene razón, pero lo que es a mí me habrían cortado las manos antes que tirar eso sin verlo.
Debería aprovechar el momento poner todas las fotos en un “drive”. No estoy muy clara de qué es, pero sé que lo debería usar.
Debería, debería. La realidad es que no lo hacía y ahora no tengo mis cosas.
Siento que me robaron el bolso con documentos, maquillaje, tickets arrugados, la lima y una parte importante de mi cerebro y no sé ni por dónde empezar.
Puede ser por poner una carita: : (
Si eres tán ágil como yo en esta materias búscate la vida para sobrevivir, pero como los niños no tienen la culpa, consulta en el blog de: IWomanish Que esa buena mujer sabe lo que dice.
Guillermo
En mi comentario, donde el corrector automático puso “Helen”, yo simplemente quería poner “la”… 🙁
Virginia Febles
el corrector le da vida a las coversaciones
Guillermo
¿Primera vez…? Bienvenida al club! Ya Helen la primera experiencia, cuando mi amada Mac Plus quedó en blanco sin remedio y por consejo de nuestro pana Gongó, AKA MacGurú, “migré” (viste?!, actualizadisimo) a los discos duros portátiles . Ya van varios: los he perdido de todas formas, incluyendo el ictus de rigor y en manos de un asaltante, “en físico“ y frente a mis ojos, que lo sumó a su suculento botín cuando ya había culminado su tarea de dejarnos en la ignominia. Y pensar que, nubes aparte, pensaba que me la estaba comiendo, esa era mi famosa copia de seguridad!!!
Virginia Febles
No es primera vez que me pasa, eso quiere decir que no aprendo… mejor todavía, estoy emepzando de cero y No TENGO COPIA de seguridad… claramente me merezco lo que me pase
Isabel Herrera
Pufff como te entiendo…:(
Virginia Febles
triste